Este tradicional miércoles de ceniza ha dado comienzo a la Cuaresma 2022. Son 40 días para que nuestra alma vuelva a estar en forma a través de la oración, purificación y caridad, donde nos abrimos para recibir los dones del Espíritu Santo. 
Jesús mismo vivió la primera Cuaresma durante sus 40 días en el desierto. Eligió el desierto para alejarse del ruido y la distracción del mundo; Eligió el desierto por la soledad y el silencio de la arena y la falta de humanidad; y escogió el desierto para poder concentrarse de todo corazón en la oración íntima y la conversación con Su Padre Celestial. Fue una preparación espiritual para sus tres años de intenso ministerio apostólico y entrega total.
ORACIÓN. Aquí es donde cada fiel puede adoptar la actividad que le resulte más útil para preparar el cuerpo y el espíritu. Algunos optan por seguir la misa diaria o visita eucarística, otros rezan el rosario, y hay quienes se unen a comuniones espirituales y meditación bíblica. Hay muchas maneras; encuentra uno o dos que funcionen para ti y tu familia. 
PURIFICACIÓN. La Cuaresma no es para bajar de peso ni para desintoxicar su cuerpo de un estilo de vida poco saludable. Pregúntate: ¿A qué estoy demasiado apegado y por qué? ¿Qué dependencia malsana estoy desarrollando que me impide conocer y amar más a Cristo? ¿Qué se interpone en el camino?
Muchas personas son dependientes del cigarrillo o el alcohol. Otros pueden necesitar "ayunar" la cantidad de tiempo que dedican a revisar su página de Facebook o Instagram, mientras que otros pueden necesitar quitar la "sal" de su comunicación diaria y hacer un esfuerzo para ser más amables en el habla. Pídele al Espíritu Santo que te ayude con esto.
CARIDAD. Hay tanta alegría en dar. Las listas de opciones son infinitas. Al dar, descubres el rostro y la belleza de Cristo en estas almas pobres y marginadas, y serás más que compensado por tu alcance.
Cristo ama a estas almas de una manera especial, pero no tiene suficientes manos y pies que estén dispuestos a renunciar al tiempo y la energía para servirles.
G.K Chesterton decía: "Es cierto que hay una cosa crudamente llamada caridad, que significa caridad para los pobres merecedores; pero la caridad a los merecedores no es caridad en absoluto, sino justicia. Son los que no lo merecen los que lo requieren, y el ideal no existe en absoluto, o existe totalmente para ellos." 



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