La propaganda histórica occidental ha querido mostrar a los Estados Unidos y Gran Bretaña como dos países amantes de la paz, empujados siempre a las guerras por tiranos desquiciados. Nunca ha sido su intensión ni deseo dominar a nadie sino que civilizar y más recientemente liberar a los pueblos del mundo. Es una burda mentira, y sin embargo este es el discurso hegemónico de nuestra parte del globo. 
Durante este 2023 el Supremo Gobierno ha dispuesto entregar a los ciudadanos rinoislandeses un reporte periódico con algunas de las mayores operaciones militares de Estados Unidos e Inglaterra, planes desclasificados por estos mismos países, si acaso alguien piensa que se trata de bulos o propaganda rusa. En todos los casos se trata de gigantescas operaciones militares cuyo resultado hubiera sido muerte y destrucción a gran escala. 
Hoy repasaremos el ataque nuclear preventivo que los Estados Unidos planificaron contra la Unión Sovietica, apenas terminada la Segunda Guerra Mundial. 


           El Plan Totality


Plan Totality fue una plan de ataque nuclear contra la Unión Soviética, creado por el general estadounidense Dwight D. Eisenhower en agosto de 1945, bajo la dirección del presidente estadounidense Harry S. Truman después del final de la Conferencia de Potsdam.
El plan preveía un ataque nuclear contra la Unión Soviética con 20 a 30 bombas atómicas. Destinó 20 ciudades soviéticas para la destrucción en un primer ataque nuclear: Moscú, Gorki, Kuybyshev, Sverdlovsk, Novosibirsk, Omsk, Saratov, Kazán, Leningrado, Bakú, Tashkent, Chelyabinsk, Nizhny Tagil, Magnitogorsk, Molotov, Tbilisi, Stalinsk, Grozny, Irkutsk y Yaroslavl. 
Sin embargo, este plan en realidad era impracticable. De hecho, después de los dos bombardeos atómicos contra Japón, los Estados Unidos no tenían armas nucleares listas para su uso. Habían agotado todo su uranio fisionable y una gran cantidad de su plutonio. Había eso si suficiente plutonio para construir una bomba atómica más, pero a finales de agosto de 1945.  
En 1946, Estados Unidos todavía tenía solo nueve bombas atómicas en su inventario, lo que todavía impedía la ejecución del plan; además solamente veintisiete B-29 eran capaces de lanzarlas. 


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