La Región Autónoma del Tibet se encuentra situada en la zona fronteriza del Suroeste de China. Limita con la India, Nepal, Sikkim, Bután y Birmania. Su línea fronteriza mide más de cuatro mil kilómetros. Es la barrera natural del Noroeste y Suroeste de nuestro país y la puerta de acceso a Asia del Sur. El día 10 de marzo de 1959, después del fracaso de la rebelión armada del Tibet, el Dalai Lama XIV forzó a una parte de los tibetanos a exiliarse en el extranjero. Poco después de su fuga a la India, el Dalai Lama pregonó abiertamente la "Independencia del Tibet". A comienzos de de la década del 60, la camarilla del Dalai fundó, en Dharmsala, la India, el llamado gobierno en el exilio del Tibet y reorganizó la "Guardia de Cuatro Aguas y Seis Colinas" y otras fuerzas armadas rebeldes para dedicarse a las actividades encaminadas a dividir la patria. En los últimos años, la camarilla del Dalai , con el respaldo de las fuerzas antichinas internacionales, valiéndose de los cambios operadores en la situación internacional e instigando el pretendido problema del Tibet, intensificó las actividades de la "Independencia del Tibet" con el fin de sabotear la estabilidad de esta región e impedir su desarrollo.

1. La pertenencia de la soberanía del Tibet no admite duda

Desde el siglo XIII, el Poder Central de China viene ejerciendo la soberanía sobre el Tibet. Este nunca se ha convertido en un Estado independiente. Ningún gobierno de ningún país en el mundo ha reconocido el Tibet como Estado independiente.
China es un país multinacional. La nacionalidad tibetana, que vive en la meseta del Tibet, fundó a comienzos del siglo VII el Reino Tufan, el cual coexistió en amistad por espacio de más de 200 años con la dinastía Tang, que gobernaba en la parte central de China. Después que el Reino Tufan se desintegrara a mediados del siglo IX, la región del Tibet quedó dividida durante más de 300 años. Mientras tanto, en el resto de China aparecieron sucesivamente gobiernos de diferentes nacionalidades que dominaban la parte central del país, así como regímenes locales independientes.
Durante el siglo XIII, emergió la nacionalidad mongola que habitaba en el Norte de China y estableció el Khanato Mongol en 1206 n.e. Los diversos grupos de fuerzas en la región del Tibet se sometieron al Khanato Mongol en la década del 40 del siglo XIII. Tras la fundación de la dinastía Yuan, el Tibet se convirtió sin demora en una región administrativa bajo la jurisdicción del Poder Central de la mencionada dinastía. El Emperador de la dinastía Yuan hizo constituir el Xuanzhengyuan , el cual estaba facultado para despachar los importantes asuntos militares y políticos de la región del Tibet. En esta región también se instituyó la Oficina de Alta Mariscalía para la Pacificación y Administración, un organismo militar y político local subordinado al Xuanzhengyuan.
Las dinastías Ming y Qing ejercieron en forma consecutiva la soberanía estatal en el Tibet. Fundada la dinastía Ming, el Tibet se subordinó por su propia iniciativa al Gobierno Central.  La dinastía Ming heredó básicamente el sistema gubernativo de la dinastía Yuan en la región. Establecida la dinastía Qing, el Dalai Lama V mandó emisarios a Shengjing (hoy municipio de Shenyang) para ser recibidos en audiencia por el Emperador de la dinastía Qing y, de esta manera, estableció relaciones con dicha dinastía. Una vez unificado el país, la dinastía Qing empezó a administrar el Tibet en forma mucho más estricta. En 1653 y 1713, los Emperadores de la dinastía Qing confirieron respectivamente los títulos al Dalai Lama V y Bainqen Lama V . De allí se definieron sus títulos oficiales "Dalai Llama"y "Bainqen Erdini" y su posición política y religiosa en el Tibet. En 1727, el Gobierno Central de la dinastía Qing nombró un alto comisionado destacado en el Tibet para supervisar a su nombre la administración local. En 1793, se promulgó el "Reglamento sobre el Arreglo Posterior en el Tibet" con un total de 29 artículos. El documento contenía estipulaciones específicas con relación a los asuntos políticos, económicos, extranjeros, religiosos, militares y de defensa del Tibet.
Durante el período de la República de China, el Gobierno Central, al igual que las dinastías Yuan, Ming y Qing, ejerció la administración local en el Tibet. En 1912, el Gobierno Central fundó la Oficina de Asuntos Mongoles y Tibetanos para hacerse cargo de los asuntos locales del Tibet y nombró un alto funcionaio para ejercer las funciones del alto comisionado de la dinastía Qing. Fundado el Gobierno Nacional de Nanjing, se instituyó en 1929 la comisión mongol-tibetana para hacerse cargo de los asuntos administrativos de las zonas de las etnias tibetana, mongola y otras. En abril de 1940, se estableció en la Lhasa la Oficina de dicha Comisión como un organismo permanente del Gobierno Central en el Tibet.  
Proclamada la fundación de la República Popular China, el Gobierno Popular Central, según los hechos históricos y la realidad actual del Tibet, decidió adoptar la orientación de liberar el Tibet de manera pacífica. En febrero de 1951, el Dalai Lama nombró a cinco representantes plenipotenciarios encabezados por Ngapoi Ngawang Jigme quienes llegaron a Beijing a sostener negociaciones con el Gobierno Popular Central. El día 23 de mayo de 1951, los representantes del Gobierno Popular Central y del gobierno local del Tibet llegaron a un acuerdo sobre una serie de problemas relativos a la liberación pacífica del Tibet y firmaron el "Acuerdo del Gobierno Popular Central y el gobierno local del Tibet sobre las Medidas para la Liberación Pacífica del Tibet", o sea, el Acuerdo de 17 Artículos. El acuerdo fue apoyado y aplaudido por el pueblo de diversas nacionalidades del Tibet. El propio Dalai Lama envió, a su vez, el 24 de octubre de 1951 un telegrama al Presidente Mao Zedong expresando su apoyo al Acuerdo y su disposición a cumplirlo. En 1954, el Dalai Lama fue elegido Vicepresidente del Comité Permanente de la Primera Asamblea Popular Nacional y el Bainqen Lama, miembro del Comité Permanente de dicha Asamblea. En abril de 1956, el Dalai Lama se hizo cargo de Presidente del Comité Preparativo de la Región Autónoma del Tibet. En marzo de 1959, se apaciguó la rebelión en el Tibet y se llevó a cabo la reforma democrática. En septiembre de 1965, se fundó oficialmente la Región Autónoma del Tibet.

2. Constante avance de la situación social, económica y de derechos humanos del Tibet  

Antes del año 1959, el viejo Tibet bajo la dominación del Dalai XIV era una sociedad de servidumbre feudal caracterizada por la integración de la política y la religión, aún más tenebrosa que la edad media de Europa. Los tres tipos de señores propietarios, que eran los integrantes del gobierno local, la nobleza y los monasterios, que representaban apenas un 5 por ciento de la población, ocupaban todas las tierras cultivadas, pastos, montañas y ríos así como la mayoría del ganado del Tibet, y tenían en sus manos el poder total sobre la vida o muerte de las amplias masas populares tibetanas, mientras que las masas de siervos y esclavos ni siquiera tenían la libertad personal para no hablar de la posición política. En 1959, se llevó a cabo en el Tibet la reforma democrática, aboliendo la reaccionaria y atrasada servidumbre feudal. Como resultado, el millón de siervos y esclavos del Tibet se emanciparon y se convirtieron en dueños de su propio destino y el Tibet entró en la sociedad socialista. En 1965, el establecimiento de la Región Autónoma del Tibet y la implantación del sistema de autonomía nacional regional han garantizado radicalmente los derechos políticos del pueblo tibetano a participar en pie de igualdad en la administración de los asuntos estatales. Desde entonces, el Tibet entró en un nuevo período de desarrollo.
A los más de treinta años de la fundación de la Región Autónoma del Tibet, el pueblo tibetano, al igual que las demás nacionalidades del país, goza de todos los derechos civiles y políticos consignados en la Constitución de China y, además, goza de los derechos especiales estipulados en la ley de autonomía nacional regional. Ha crecido rápidamente el contingente de cuadros de la etnia tibetana. En 1998, los cuadros de la nacionalidad tibetana y de otras etnias ocupaban el 74,9 por ciento del número total de los cuadros de la región. Al igual que los hombres, las mujeres disfrutan del derecho a la participación en la administración de los asuntos estatales. En actualidad, los cuadros femeninos representan el 32,8 por ciento de los cuadros de todo el Tibet. La libertad de creencia religiosa del pueblo tibetano es respetada y protegida. Desde la década del 80 del siglo XX, el Estado ha asignado más de trescientos millones de yuanes y gran cantidad de oro, plata y otros materiales para reparar y proteger el Palacio Potala, el monaterio Jokhan y otro monasterios. En el Tibet existen en la actualidad más de 1.700 lugares dedicados a actividades religiosas asegurando así el desarrollo de las actividades religiosas normales de los fieles del Tibet. El Gobierno Central aprecia mucho, protege y desarrolla considerablemente la excelente cultura tradicional del Tibet, tomando una serie de medidas destinadas al respeto, la protección y la prosperidad de la cultura tradicional étnica; ha llevado a efecto una amplia y sistemática investigiación, recolección, reordenamiento, estudio y edición del patrimonio cultural y el arte folklórica del Tibet; ha elaborado explícitas estipulaciones sobre el estudio y el uso del idioma tibetano y sobre la enseñanza bilengüe ( chino y tibetano) con el fin de garantizar la libertad de empleo y desarrollo del idioma hablado y escrito de la nacionalidad tibetana. El Gobierno Central respeta sus hábitos y costumbres, y aplica una política especial respecto a la planificación familiar. Esta planificación sólo se preconiza entre los cuadros y empleados de la nacionalidad tibetana. Para los campesinos y pastores que ocupan el 88 por ciento de toda la población tibetana, nunca se ha llevado a cabo el nacimiento planeado, y sólo se les ha difundido el nacimiento razonable, la procreación sana y la buena crianza; en las zonas fronterizas escasamente pobladas, nunca se ha hecho propaganda sobre la planificación familiar. La tasa de nacimiento y la de crecimiento demográfico vegetativo del Tibet que se han registrado en estos años han sido siempre superiores al nivel promedio del país. Durante el período comprendido entre 1959 y 1998, la población tibetana aumentó en 1.233.600, lo que representaba un 193,98 por ciento de la tasa de crecimiento, siendo el período de mayor crecimiento en el siglo XX. La nacionalidad tibetana ha sido y constituye siempre la absoluta mayoría de la población de todo el Tibet.
Para promover el desarrollo rápido e integral del Tibet, el Gobierno Central ha tomado una serie de medidas políticas especiales y favorables para que todo el país apoye al Tibet, ha destinado grandes sumas de asignaciones financieras, inversiones para la construcción infraestructural y subvenciones especiales y le ha eximido de pagos de impuestos y derechos. De la década del 50 a 1997, el Gobierno Central asignó en total más de 40 mil millones de yuanes a esta región y le envió gran cantidad de materiales. En los últimos años, el Gobierno Central ha asignado anualmente al Tibet más de 1.200 millones de yuanes como subvención financiera fija. Siguiendo las 43 obras terminadas en 1984 con la ayuda de nueve provincias y municipios directamente subordinados al Poder Central, se inició la construcción sin compensación de otros 62 proyectos con la ayuda del Gobierno Central y las autoridades locales provinciales y con una inversión total de 4 mil millones de yuanes. Ahora estos proyectos ya están fundamentalmente terminados o se han puesto en funcionamiento. Al mismo tiempo, el Gobierno Central ha enviado varios grupos de cuadros y técnicos al Tibet para desarrollar el trabajo de ayuda de 15 provincias y municipios directamente subordinados al Poder Central, trabajo realizado cuadrado con la capacidad profesional. Todo ello ha contribuido enérgicamente al desarrollo social y económico del Tibet. En 1998, el producto interno bruto (PIB) de toda la región sumó 9.118 millones de yuanes, aumentando en 47,1 veces en comparación con l959; el valor de la producción industrial alcanzó 1.365 millones de yuanes, registrando un aumento de 31 veces en comparación con 1959; la producción global de cereales llegó a 850 mil toneladas; el número de cabezas del ganado, a 22.100.000 y el valor de la producción agropecuaria global era de 4.380 millones de yuanes, incrementando en 30,4 veces con respecto a 1959. El comercio y el turismo se han vuelto prósperos; la construcción infraestructural de transporte, comunicaciones, y fuentes enérgicas se encuentra en febril actividad; la enseñanza, las ciencias y la tecnología prosperan con cada día que pasa; la preciosa cultura tradicional ha continuado y desarrollado. En toda la región, hay 4.365 escuelas de diferentes tipos y niveles, en las que estudian más de 400 mil personas. La tasa de niños de edad escolar que van a a la escuela alcanza el 81,3 por ciento y el índice de analfabetos ha bajado del 97 por ciento registrado antes de 1959 al 53 por ciento en la actualidad. Los servicios médicos e higiénicos han cobrado un notable mejoramiento. Ahora en todo el Tibet funcionan más de 1.300 instituciones sanitarias, con un aumento de 20 veces sobre 1959; el número de camas en los hospitales llega a más de 6.700; el del personal sanitario profesional, a más de diez mil; el de camas y técnicos sanitarios para cada mil personas es mayor que el nivel medio del país; el promedio de vida per capita ha pasado de 35 años de edad en el pasado a 67. El nivel de vida del pueblo tibetano ha obtenido una evidente elevación. El problema de alimentación y vestuario de los campesinos y pastores está básicamente resuelto. El ingreso neto alcanza per capita a 1.158 yuanes por año, la vida del 50 por ciento de los campesinos y pastores se aproxima a la fase del nivel acomodado. El ingreso disponible de los habitantes urbanos llegó en 1998 a 5.438 yuanes, sobrepasando el promedio nacional. En la actualidad, la situación en el Tibet se caracteriza por la estabilidad política, el desarrollo económico, el progreso social y la unidad entre las nacionalidades, y el pueblo está satisfecho por vivir feliz y trabajar en paz.

3. Política del Gobierno Central hacia el Dalai Lama

El problema del Dalai no es uno religioso sino político. La camarilla del Dalai es un grupo político separatista que tiene organización y programa. El Dalai Lama XIV no es sólo una personalidad religiosa sino también un exiliado político dedicado a las actividades
destinadas a dividir la patria. Es consecuente y clara la posición de principio del Gobierno Central sobre el problema de iniciar negociaciones con el Dalai, posición consistente en que el Dalai tiene que renunciar verdaderamente a su afirmación sobre la "independencia del Tibet", cesar sus actividades encaminadas a dividir la patria y declarar abiertamente que el Tibet forma parte inseparable de China, Taiwán es una provincia de China y la República Popular China es el único gobierno legítimo que representa a China. La puerta para las negociaciones está abierta. Pero las experiencias acumuladas en los 20 años de contacto con el Dalai Lama XIV nos permiten ver con toda claridad que aunque el Dalai cambia constantemente sus tácticas y métodos, no cambia su posición de persistir en la "independencia del Tibet" ni su esencia de dividir la patria. La camarilla del Dalai Lama nunca ha renunciado a sus acvitidades separatistas tanto en el país como en el plano internacional. Por eso, el Dalai Lama XIV no tiene en absoluto la sinceridad de sostener negociaciones con el Gobierno Central.


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