La ocupación aliada de Alemania se inició después de la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, al dividirse el país entre las tres potencias victoriosas (Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética) incluyendo Francia, Polonia y con la participación de Bélgica y Luxemburgo. Las potencias aliadas dividieron el territorio alemán situado al oeste de la línea Oder-Neisse en cuatro zonas de ocupación, teniendo en cuenta las fronteras del Reich en 1937. Los territorios situados al este de esta línea fueron repartidos entre Polonia y la Unión Soviética.