Compatriotas: 

La República de Rino Island, nuestra micronación, ha mantenido históricamente una política de no intervención en la política de otros Estados. Las excepciones solo han ocurrido cuando las acciones de esos países afecta a otros, ante lo cual hemos condenado esos excesos. Sin embargo, debo referirme a lo que sucede hoy en Chile, con la intervención de organizaciones en las actividades de la elección constituyente. 

Primero fue Felices y Forrados, una empresa de asesoría previsional, la que intentó levantar una serie de candidaturas independientes a la convención constitucional, formadas por sus propios clientes. Lógicamente el órgano electoral de Chile rechazó listas que buscaban obtener la declaración de candidaturas de personas independientes que adscribieran a los intereses promocionados por la misma compañía. 

Ahora, la organización internacional Greenpeace ha buscado lanzar la campaña "Suelta el Agua", para que los candidatos a la constituyente se comprometan con la organización a establecer una regulación específica del agua en la nueva constitución. No es la primera vez que Greenpeace hace esto. Ya en 2014 declararon la independencia de los glaciares de Chile para exigir una ley especial, incluso pagando un inserto de página completa en el New York Times, y estableciendo embajadas en las oficinas de la organización. 

Finalmente el interés se diluyó, y esa "República Glaciar" hoy esta reducida a la presencia en internet, sin haberse logrado ninguna regulación especial de los glaciares. 

En el sitio web de www.sueltaelagua.cl van contabilizando quienes se han sumado al compromiso, quienes los han ignorado, y quienes los han rechazado (0). El agua es un derecho humano, y es evidente la crisis hídrica, por lo que claramente los fines de esta campaña parecen muy válidos. Por lógica nadie va a rechazar "soltar el agua", porque sería muy impopular. 

Aquí es donde radica el principal problema de que una organización, con o sin fin de lucro, haga que los candidatos suscriban compromisos electorales explícitos. ¿Es correcto que sea una ONG internacional la que establezca ese tipo de compromiso con los candidatos? Esto es más grave en ambientes convulsionados, como Chile, donde bajo la misma lógica cualquier organización podría tratar de hacer que los candidatos se comprometan con ideas populares pero cuestionables. Así podría pedirse algo tan terrible e inaceptable para un pueblo civilizado como el restablecimiento de la pena de muerte o la liberalización de la tenencia de armas. 

La idea de Greenpeace, que nace de una interés sin duda honesto por mejorar la grave crisis hídrica chilena, es diferente de lo que han recogido por ejemplo la Asamblea General de la ONU, que en la resolución de 26 de Julio de 2010 consagró el derecho al agua potable y al saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos. 

Constituciones como la de Zambia consagran el derecho al agua en los términos que propone Greenpeace; sin embargo allí la infraestructura no ha permitido materializar ese derecho. Sería positivo saber cuales son los proyectos de infraestructura que propone Greenpeace para lograr que llegue agua potable a ese 47% de la población rural chilena que hoy no cuenta con abastecimiento formal. 

Confiamos en que Chile nuevamente mostrará un desarrollo electoral ejemplar, como ha su tradición histórica, y que podrán lograr plasmar sus aspiraciones de justicia y un buen vivir en su nueva carta magna. 

Anastasio López
Ministro de Defensa y Relaciones Exteriores
República de Rino Island

AVISO: la reproducción total o parcial de este artículo o sus imágenes deberá hacerse siempre, en todo tiempo y lugar, indicando la fuente del mismo (Sitio Web Institucional de la República de Rino Island)