Las islas chinchas son tres pequeñas islas rocosas del Perú. Habrían pasado inadvertidas por la historia, de no ser porque estas islas tenían extensos depósitos de guano. No obstante, la explotación extrema de ellos causó que fueran agotados antes de 1874. 
El 14 abril de 1864, una escuadra española ocupó las islas hasta el 10 de mayo de 1866, conflicto que desembocaría en la guerra hispano-sudamericana. España reclamaba el pago de una deuda, pero para la prensa peruana y chilena esto no era visto sino como una excusa, cuyo fin último no era sino recuperar las colonias, aprovechando la debilidad de Estados Unidos por la reciente guerra civil. 
Esta idea no era descabellada, si se considera que en 1861 España había reincorporado a Puerto Rico, y tan solo un par de años después intervino en México junto a Francia. Pero quizás la idea de una anexión americana a gran escala era mucho. 
Chile intervino negándole a los buques españoles el carbón para sus calderas. Los españoles, liderados por el almirante Pareja, exigieron el carbón y que se saludase en todos los pueblos al pabellón español. Chile respondió declarando la guerra, a la que se sumaron Perú, Bolivia, y Ecuador. Todos los países del Pacífico contra España. A esa altura ya era 1866. 
El principal impulsor de tamaña locura fue el chileno Benjamín Vicuña Mackenna. En un ardiente discurso antiespañol, envalentonó al Congreso y desató una guerra para defender las deudas del Perú.  La guerra fue desigual, pero se saldó con la derrota de España, que vio frustrados sus intentos de reocupar sus colonias americanas, y más aún de recuperar lo debido por Perú. La Covadonga, goleta española, fue capturada, y los bloqueos españoles burlados por los aliados.
La noticia de estos sorpresivos hechos perpetrados por el buque de un país que prácticamente carecía de fuerza naval, la suposición de que hubiera corrido la misma suerte la corbeta Vencedora, la declaración de guerra de la República Peruana y la actitud de la República de Chile contraria a los intereses de España deprimieron profundamente al almirante Pareja quien, sintiéndose fracasado, optó por suicidarse.
Si bien había nacido en Lima el mismo año de la muerte de su padre (1813), la cual fue debido a "fiebres malignas", autores españoles dicen que Pareja sentía una profunda aversión por Chile, "la encontrara muy cumplida en el recuerdo de su padre, muerto a manos de los insurrectos de Chile en la guerra de su independencia". En este sentido debemos considerar errada o al menos incompleta tal suposición. 
Su segundo, almirante Méndez Núñez, decidió bombardear el literalmente indefenso puerto de Valparaíso; en realidad sus defensas eran los cañones del siglo XVIII que los mismos españoles colocaron para enfrentar a los piratas. Con su tristemente celebre frase, Méndez Núñez señaló que «España prefiere honra sin barcos a barcos sin honra». Destruyó media ciudad, quedando dos muertos, pues la población se había escapado antes del ataque, gracias eso si al aviso español, aunque el bombardeo fue igual.
Tras atacar un puerto que no podía defenderse, el marino decidió atacar El Callao, el más defendido puerto del Pacífico. Curiosamente, cañoneo esta vez a gran distancia de la costa, de modo que hizo poco daño, y recibió poco igualmente, como informaron desde los buques neutrales.
Aquí viene lo más curioso de esta guerra surrealista: cada uno consideró una gran victoria el cañoneo mutuo. En España celebraron haber bombardeado El Callao, sin realizar daños de importancia. En Perú y Chile celebraron haber repelido el ataque español sin sufrir daños de importancia. 
El saldo de la guerra fue confuso. Años después los aliados se enfrentarían, y firmarían por separado la paz con España. Los historiadores coinciden en que Chile fue a la guerra por un sentimiento americanista desproporcionado, sin una fuerza naval apropiada y sin una comunidad de intereses bien fundada con su aliado Perú. También se profundizó y prolongó la crítica de la élite chilena al panamericanismo que fue en el mejor de los casos forzados.
A su vez, España entraría en guerra civil después del conflicto. De efectos que exceden a esta breve reseña, vale la pena destacar que ella sería la base de la primera república española, y luego un periodo de continua inestabilidad que desembocaría en la Guerra Civil Española, y el franquismo. 
De la paz, hubo que esperar a la siguiente guerra, pero entre los aliados del ayer; Perú y Bolivia firmaron la paz con España cuando ya estaban en guerra con Chile, en 1879. Este último esperó a ganar su guerra contra los aliados, y firmó la paz en la Lima ocupada, en 1881. 
Y por cierto, el bombardeo de Valparaíso fue un día como hoy, 31 de marzo, pero de 1866. 

AVISO: la reproducción total o parcial de este artículo o sus imágenes deberá hacerse siempre, en todo tiempo y lugar, indicando la fuente del mismo (Sitio Web Institucional de la República de Rino Island)