La siguiente carta es de autoría del ministro de Defensa y Relaciones Exteriores, Don Anastasio López, y fue publicada en el diario electrónico chileno Central Web y también por el Diario de Angol. Es la respuesta a la carta publicada en El Epicentro por el embajador azerí en el cono sur. 

Esta carta representa tanto la opinión del ministro López como la del Excmo. Gobierno de la República de Rino Island. 

Respuesta a columna “Azerbaiyán el primer estado parlamentario democrático en el Oriente Musulmán”

Sr. Director: 

Junto con saludarle, le escribo para enviar una carta de opinión en respuesta a la columna titulada “Azerbaiyán el primer estado parlamentario democrático en el Oriente Musulmán” del Excmo. Sr. Rashad Aslanov, Embajador de Azerbaiyán en Chile y otros países de Sudamérica. Esa columna, del  pasado 28 de mayo, fue publicada simultáneamente en El Epicentro y otros medios del cono

En esa carta, y con ocasión de sus fiestas nacionales, el embajador señalaba que su país “eliminó las desigualdades raciales, étnicas, religiosas y de clase al otorgar a todos los ciudadanos del país igualdad de derechos”, agregando que “con sus características de alto nivel de tolerancia, la convivencia pacífica de varias creencias y el secularismo, Azerbaiyán es un país modelo en el diálogo intercultural”. 

Lo natural es que un embajador hable bien de su patria, y de hecho es parte importante de sus actividades. Sin embargo, bien vale la pena hacer presente ciertas cuestiones respecto a la democracia azerí, y su estatus de “país modelo en el diálogo intercultural”. 

La democracia tiene muchas formas de expresarse, pero en general deben reunirse ciertos valores como el respeto de la dignidad de la persona humana, la libertad, la igualdad, el respeto, promoción y garantía de los derechos humanos y la autodeterminación del pueblo o la soberanía popular; esto es muy importante ya que sin ella no hay, realmente, una democracia, sino que a lo más un régimen autoritario benevolente, pero no democrático.

El embajador destaca que “el regreso al poder del líder nacional Heydar Aliyev, en 1993, marcó un punto de inflexión” en los complejos primeros años de su país. El embajador eso si no menciona que Aliyev fue previamente el líder de la República Socialista Soviética de Azerbaiyán, bajo la URSS, y que el mismo fue el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista en esa república, siendo nombrado directamente por Leonid Brézhnev. 

Siendo justos hay que reconocer que en 1987 Heydar Alíyev renunció al Partido Comunista de la Unión Soviética, y posteriormente rechazó activamente los excesos del Ejército Rojo contra el pueblo azerí, en los trágicos e infames eventos de 1990, conocidos como el “enero negro”.

En 1993 asumió la presidencia de Azerbaiyán, en momentos de gran turbulencia, siendo visto como el hombre que podía darle paz y orden al país. Fue elegido con el 98,8 % de los votos. Ese gran apoyo popular parece haberse mantenido en el tiempo, ya que la oposición solo tiene 12 de los 125 escaños de la Asamblea Nacional del país. 

Susan B. Glasser, periodista del Washington Post, dijo en 2003 de Heydar Alíyev que “toleró la disidencia y una prensa de oposición viva, pero nunca celebró elecciones que los observadores internacionales consideraran libres”. Además destaca que tuvo un importante acercamiento con EE.UU, aprovechando su estratégica posición en el Cáucaso. Además abolió la pena de muerte, un gran avance en la región.

Tras protestas contra su presencia, en 2013 se retiró su estatua de Ciudad de México, que había sido donada por la misma embajada de Azerbaiyán. Aunque como en estos tiempos se retiran estatuas de figuras de relevancia mundial, como Cristóbal Colón, y muchos otros, un acto así es más bien condenable, y poco dice de la figura en si. 

Tras la muerte del presidente Heydar Alíyev, en 2003, lo ha sucedido su hijo Ilham Aliyev, que ha ganado todas las elecciones del país. Esto puede ser perfectamente normal en un país democrático, e incluso en Chile se ha dado que el hijo de un presidente también lo sea, como sucedió con los Alessandri, o los Montt. 

El problema es que el presidente Ilham Aliyev no ha sido tan benevolente como su padre. Richard Kauzlarich, ex embajador de Estados Unidos en Azerbaiyán afirmó que su gobierno era autoritario, contándose en al menos 100 el número de presos políticos en 2016. Ese mismo año, vía referéndum, el presidente Aliyev hijo aumentó sus poderes constitucionales.


En el mismo sentido se ha pronunciado Human Rights Watch, llegando incluso a acusar que el gobierno de Azerbaiyán ha extinguido el periodismo independiente, producto de la persecución de activistas, defensores de los derechos humanos y periodistas.

Bien vale la pena preguntarse si hoy Azerbaiyán es ese modelo democrático de Medio Oriente, “el primer estado parlamentario democrático en el Oriente Musulmán”. 

Anastasio López.


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