DECLARACIÓN DEL CONGRESO IDEOLÓGICO DEL PARTIDO DE LA UNIDAD NACIONAL (RINOISLANDÉS)
El Partido de la Unidad
Nacional, reunido en Congreso Supremo, ha decidido dejar fijadas para el porvenir
sus inquebrantables principios, para que al efecto las futuras generaciones de
rinoislandeses puedan aprovecharlas.
Se repudia y se niega la participación en el movimiento, de por vida, a los señores Tomás Ríos K, y a Francisco Gómez, en tanto destructores de la República de Rino Island y su larga tradición nacional; por ende sea anatema toda expresión de apoyo a sus destructoras acciones en contra de Rino Island, sus pseudogobiernos, y acciones. Se exige que sean expulsados de la ciudadanía y se tomen medidas para impedir su retorno en cualesquiera forma.
Se repudia y se niega la participación en el movimiento, de por vida, a los señores Tomás Ríos K, y a Francisco Gómez, en tanto destructores de la República de Rino Island y su larga tradición nacional; por ende sea anatema toda expresión de apoyo a sus destructoras acciones en contra de Rino Island, sus pseudogobiernos, y acciones. Se exige que sean expulsados de la ciudadanía y se tomen medidas para impedir su retorno en cualesquiera forma.
Se acuerda incorporar al final
del nombre del partido la expresión “Rinoislandés” de modo que el nombre
completo sea Partido De La Unidad Nacional
(Rinoislandés) con el propósito de distinguirse de otros partidos
con igual nombre. Con todo, y en calidad de Movimiento Nacional de la Nación,
el partido podrá ser llamado con este nombre igualmente.
Se acuerda adoptar como texto
oficial de doctrina el documento “Proyecto de Refundación nacional: objetivos
nacionales de Rino Island” elaborado por el Excelentísimo Presidente de la
República, Don Anastasio López. En consecuencia, y conforme a dicho documento,
el Partido De La Unidad Nacional (Rinoislandés) se proclama como:
REALISTA; por
cuanto defiende que el desarrollo nacional sea propendente a la formación de un Estado Soberano, donde la
etapa micronacional sea solo un escalón en dicho caminar. Rechaza por tanto el
simulacionismo, y exige que sea suprimido cuanto antes de nuestra
institucionalidad.
INSTITUCIONAL; por
cuanto es un movimiento nacional que ha de expresar el sentir nacionalista de
la comunidad nacional, en aras de la construcción de la Nación. Esto solo es
posible en este tipo de estados creados, pues la real nación solo es fruto de
la tradición y la nacionalidad.
NACIONALISTA; que deberá
entenderse como cierta actitud predominante, tanto entre los gobernantes como
entre los gobernados, de procurar en el orden político, y por encima de
cualquier otra preocupación, el auténtico bien de la nación. Para nosotros los
católicos el nacionalismo viene a constituir una aplicación, en la esfera de
los valores patrios, de la virtud teologal de la caridad.
CATÓLICO Y
TRADICIONALISTA; En este sentido, la diferencia entre el alma
individual y el alma nacional estriba en que el alma individual solo puede
progresar de manera adjetiva o accidental, actualizando las posibilidades que
inicialmente y de una vez por todas infundió Dios en su seno en el momento
mismo de darle existencia, mientras que el alma nacional tendrá que ir progresando
esencialmente y enriqueciéndose incesantemente, para lo cual le es
imprescindible conservarse fiel a los valores que cada generación le vaya
entregando a la que haya de sucederle en el decurso del tiempo, constituyéndose
así con las aportaciones de todas ellas reunidas, lo que hemos denominado ahora
tradición.
DEFENDEMOS LA LIBERTAD; por
cuanto solo en la real libertad es posible desarrollar las capacidades del
individuo y de la nación; por tanto pedimos libertad para el individuo y para la
Nación como ser orgánico en ejercicio de su libertad colectiva.
REPUBLICANOS; en
el sentido de promover la forma republicana de gobierno, en una democracia
orgánica, protegida y jerárquica, que exprese el sentir de las fuerzas vivas de
la nacionalidad.
RECHAZAMOS EL MARXISMO
Y EL TOTALITARISMO; por ser ambos totalmente opuestos a la
libertad, son en cambio doctrinas esclavizadoras de la humanidad y
anticatólicas. Ambas politizan las instituciones orgánicas, desnaturalizándolas
y destruyéndolas; así como el marxismo promueve activamente la degeneración social
y moral.
Proclamamos estas como
verdades incuestionables del Movimiento Nacional.