Las Islas Chincha son un grupo de tres pequeñas islas situadas a 21 kilómetros de la costa del sudoeste del Perú, país al cual pertenecen, cerca de la ciudad de Pisco en el Departamento de Ica. Ellas fueron el hogar de los indios Chinchas, pero solamente algunos restos pueden encontrarse hoy en día de esta cultura indígena.
Los Chinchas primitivos fueron laboriosos agricultores y pescadores, sus cerámicas y tejidos, hallados en estas mismas tumbas testificaban que cultivaron estas artes con singular maestría.
Sin embargo, donde destacaron fue en la navegación marítima, reemplazando las primitivas y rudimentarias embarcaciones con grandes balsas de totora y palos, llegando a desplazarse por el litoral peruano, desde Acarí (Arequipa) hasta América Central.
Así, los chincha dejaron sus islas sagradas, pasando a asentarse en tierra firme, y desde allí, cuales fenicios americanos, establecieron una flota de 200 barcas de totora, con las que comercializaba por todo el Pacífico Sur, llegando incluso a Ecuador y Colombia por el norte, y Chile (puerto Valdivia) por el sur.
Los productos chinchanos han sido encontrados hasta el Caribe, lo cual debe ser cierto, por cuanto los chinchanos comercializaban sus productos en la desembocadura del río San Juan; de ahí comerciantes Chibchas lo llevaban por el curso del río San Juan hasta el mar Caribe. Los chinchas comercializaron: chuño, charqui de llama, lanas diversas, cobre, pescado salado, calabaza, maíz y huacos. Traían a Chincha: mullu o concha colorada (el legendario spondylus), esmeraldas y otras piedras preciosas.
La fiebre del guano destruyó los resto de los chinchas en la isla, pero gracias a lo hallado en tierra firme y los relatos incas se ha podido reconstruir la historia de este magnífico pueblo. 

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