Tal día como hoy, 8 de octubre de 1565, la nao San Pedro del navegante y religioso fray Andrés de Urdaneta alcanzaba el puerto de Acapulco, en Nueva España, completando una travesía desde Filipinas de 7644 millas y 130 días. La ruta que siguió se conocería como Tornaviaje.
Esta travesía por el Océano Pacífico, uniendo América y Asia, habia sido intentada varias veces en el pasado. Famoso fue el periplo de la Trinidad en el viaje de Magallanes-Elcano, que vio grandes penurias debido a navegar mares desconocidos. El más importante previo a Urdaneta es el de Alonso de Arellano, que en teoría lo completó pero no tenía licencia para hacerlo, por lo que no fue considerado. Un tema curioso es la burocracia de las licencias y prebendas reales para la exploración en los tiempos de añoranza.
Este Tornaviaje fue la ruta marítima más óptima y eficiente de navegación para hacer el recorrido de Filipinas a Nueva España, iniciándose así el Galeón de Manila y cerrando el globo en el complejo sistema de flotas de transporte y comercio español, junto a la Carrera de Indias.
La verdadera genialidad del gran marino Andrés de Urdaneta fue descubrir y alcanzar la corriente de Kuroshio, a la altura del paralelo 40ºN, en Japón, que lleva un sentido Oeste a Este. Aprovechando esta corriente, el viaje se reduce notablemente en tiempo y maniobras.


Estampilla de las Islas Cook en homenaje a Fray Andrés de Urdaneta



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